En muchos equipos de trabajo hace falta una verdadera comunicación, sobre todo en América Latina, donde tememos decir la verdad por no herir a alguien. En este artículo exploraremos las 5 herramientas que podemos utilizar en nuestro negocio para lograr una verdadera comunicación, la cual es parte de un liderazgo efectivo.
Estas herramientas que les voy a compartir en los siguientes párrafos aumentarán la probabilidad de resolver problemas y crear relaciones a largo plazo en sus empresas:
Herramienta # 1: Primero la verdad sobre los sentimientos
Algunas veces nos anticipamos a pensar que si decimos lo que no nos gusta, la otra persona se va a sentir ofendida o no le vamos a caer bien. Por ejemplo, cuando ves que alguien de tu equipo, que es muy bueno y te da muy buenos resultados, trata mal a otras personas en tu empresa. En este ejemplo, utilizando la herramienta de primero la verdad sobre los sentimientos diríamos algo así “quiero decirte algo importante, pero temo que te sientas ofendido y yo ya no vaya a caerte tan bien y eso no me gustaría”. Al iniciar así la conversación, generalmente la gente empatiza primero con los sentimientos que les compartiste y para no decepcionarte estarán más receptivos y honrarán tu esfuerzo de ser real y abierto, quiere decir que de verdad lo que les vas a decir es importante para ti. Esto prepara el terreno y facilita que lo que digas sea más digerible. Después dirías “no me gusta cómo tratas a tus compañeros de trabajo” y de ahí comenzarías ya con la plática.
Herramienta # 2: Declaraciones “Yo”
Es mucho más poderoso y auténtico cuando alguien habla sobre lo que es verdadero para él o para ella en lugar de hacer una generalización. Por ejemplo, cuando alguien dice “Ya sabes lo que pasa cuando ves una película triste” o “Qué pena cuando alguien dice una tontería”. En lugar de esto es mucho mejor hablar en primera persona. Entonces, para comunicarnos mejor debemos de hablar desde nuestra experiencia utilizando el “Yo”: “Cuando veo una película triste casi siempre lloro” o “Me siento apenado cuando digo alguna tontería”.
Herramienta # 3: Lenguaje corporal congruente
Cuando lo que dices y tu expresión corporal no están alineados, tu credibilidad baja. Existe una incongruencia que es detectada inconscientemente por la persona con la que intentas comunicarte. Cuando esto sucede, las personas dejan de poner atención a tus palabras y, según algunos estudios, el enfoque se distribuye de la siguiente manera: 55% en el lenguaje corporal, 38% en el tono de voz y 7% en el contenido.
Las personas notan “cómo dices lo que dices”. Quizá no saben cómo nombrarlo, pero juzgan tu credibilidad en la forma y tono de tu comunicación. Las emociones juegan un enorme rol en la interacción social porque no podemos ocultarlas; se fugan en nuestra comunicación a través del tono de voz y el lenguaje corporal. A menos que seamos actores profesionales, es más fácil mentir con palabras que con el tono de voz y el lenguaje corporal porque estos, con mayor frecuencia, son impulsados por nuestros sentimientos inconscientes acerca del mensaje. Esto puede ser una mayor fuente de auto-sabotaje.
Este es un aspecto importante para cualquier líder que tiene que entregar un mensaje en el que no cree. Vale la pena el esfuerzo de cualquier líder en esta posición, pasar algo de tiempo tratando de diseñar el mensaje de manera que él mismo se sienta cómodo.
Herramienta # 4: Lo que yo elijo compartir
A muchas personas no se les ocurre qué compartir. Cuando se les pregunta acerca de un problema, puede ser que ellos realmente no comprendan el tipo de información que tienen disponible. Por eso es útil compartir algunos recursos con los que se sientan cómodos:
Pensamientos: Mi proceso mental, el pensamiento y análisis que tengo sobre cierta situación. (Yo creo que tú puedes estar usando un estándar diferente al juzgar mi trabajo).
Hechos: Las cosas que he observado y que creo que son verdad. (He notado que has rechazado los últimos cuatro reportes que te he presentado).
Sentimientos: Cómo me estoy sintiendo acerca de la situación y los involucrados, y cómo te sientes tú acerca de mi. (Al principio yo estaba triste y decepcionado, pero conforme pienso más acerca de ello, empiezo a enojarme).
Sensaciones físicas: Las sensaciones físicas de las que estoy consciente. (Noto que cuando pienso en eso, mi respiración se acelera, empiezo a sudar más y mi cuerpo se siente muy agitado).
Intuición: (Mi intuición me dice que hay un problema entre nosotros y que tú no me estás diciendo algo).
Intenciones: Mis intenciones y motivaciones. (Trato de poner más atención a la calidad de trabajo que te presento para ser un mejor empleado).
Lo que yo quiero: Lo que yo quiero que suceda, lo que podría querer de ti. (Me gustaría que tú y yo nos pudiéramos reunir con alguien del departamento de RH el próximo martes para hablar sobre nuestra relación).
Herramienta # 5: Destrabar tus botones rojos
En situaciones potencialmente conflictivas, es particularmente útil para la gente revisar tus reacciones internas al conflicto antes de activamente engancharse con la otra parte. Si podemos traer a la conciencia nuestro propio auto-concepto, miedos, y botones reactivos, y tomar la responsabilidad de ellos, entonces no nos pondremos a la defensiva cuando vamos a resolver un problema. Una de las formas más efectivas para obtener conciencia sobre tus botones rojos es explorar qué sentimientos surgen y qué historias te dices a ti mismo cuando se oprimen tus botones. Dado que los botones están principalmente en nuestro inconsciente, esto implica un trabajo de auto-exploración y de análisis para llegar a la raíz.
He aquí un proceso de tres pasos para ayudarle a ganar auto- conciencia explorando tus botones rojos:
Piensa en una situación cuando tu botón se oprimió por algo que otra persona te hizo.
Cuando se oprimen nuestros botones, empezamos a inventar historias. Una historia muy común es lo que la otra persona debe pensar acerca de nosotros para tratarnos así.
Explora cualquier miedo subyacente o lugares vulnerables dentro de ti que puedan ser desencadenados por esta historia, o los juicios percibidos de la otra persona. Por lo general esto involucrará la imagen de espejo de la historia que has inventado acerca de lo que la otra persona piensa de ti. Por ejemplo, “¿Por qué me molesta tanto que José me trate como si yo no fuera muy importante? Quizá es porque una parte de mí se siente insignificante. No me gusta que me recuerden ese sentimiento, así que me enoja que José me haga sentir así”▲
Bety Galván es coach empresarial que ayuda a los dueños de negocio a alcanzar eficiencia, libertad financiera y un balance de vida. Se enfoca en impulsar hábitos de éxito y a cambiar creencias limitantes con respaldo profesional. Cuenta con certificaciones internacionales en ActionCOACH, Engage & Grow, Radical Collaboration y QualityMind. Actualmente se encuentra rankeada en el Top-10 de los mejores coaches de habla hispana y entre los 100 mejores a nivel mundial por ActionCOACH.