Por Redacción Colaboración Radical
Las mentiras son por desgracia, parte esencial de la interacción social de las personas. Pero hay de mentiras a Mentiras
Las mentiras forman parte de nuestro día a día y están presentes un día sí y el otro también, de los demás hacia nosotros y de nosotros hacia los demás, ¿cierto? Puede que lo habitual no sea decir grandes mentiras, pero si incurrimos en mentirijillas como decir que “estamos bien” cuando en realidad no lo estamos. Son mentiras que, hasta cierto punto, son necesarias para poder vivir en una sociedad que no sea la de Mad Max. Pero luego están las otras mentiras. Serle infiel a tu pareja, ocultarles cosas importantes a tus socios o traicionar la confianza de tus compañeros de trabajo… todo esto es muy diferente y, tarde o temprano, será bastante más perjudicial en tus intentos de construir relaciones efectivas de colaboración.
¿Cómo saber que te están mintiendo a la cara? No es tarea fácil; pero lo cierto es que hay varias señales a las que podemos estar atentos y, a pesar de que no servirán para convertirnos en “polígrafo humano”, sí podrán darnos indicios puntuales de que cabe la posibilidad de que nos estén “escupiendo” una mentira.
1. Evitando el contacto visual
¿La persona que te está contando algo mira a cualquier parte menos a tus ojos? Eso puede ser señal de que tenga miedo a delatarse y que, por lo tanto, te esquive la mirada.
Cuando una persona clava su mirada en otra parte, puede que sea señal también de que es la forma de concentrarse en la mentira que está diciendo. Si te viera a los ojos, podría perder el hilo de la mentira y cometer algún error. También puede que, simplemente, seas muy difícil de mirar (ya me entiendes).
2. La ambigüedad
La falta de información específica puede ser señal de que la otra persona oculta algo. Si no acaba las frases o titubea demasiado a la hora de asegurar algo, lo más probable es que sienta inseguridad por el hecho de que es inventado.
El ser ambiguo también permite que la otra persona tenga que interpretar lo que dices y, en caso de que te descubran, siempre puedes tener la excusa de que “eso no era lo que querías decir”.
3. La sobreactuación
Actuar como si fueses Leonardo DiCarpio no hará que tu mentira sea más creíble… sino todo lo contrario. Es normal que la persona que está mintiendo intente reforzar sus argumentos gesticulando mucho porque así piensa que tiene más credibilidad… pero no.
El nerviosismo y las ganas de resultar creíble son la peor forma de mentir. Es una de las señales más claras de que te estén mintiendo.
4. Ponerse a la defensiva
Si con la mínima insinuación acusas a alguien de mentir y se pone a la defensiva, como si hubieses ofendido a su honor ancestral, la cosa pinta bastante mal. Esto puede confirmar tus sospechas. Si quieres mentir, lo mejor que puedes hacer es mantener la calma todo lo posible.
Una persona que miente necesita mantener el control de la situación… si, por lo que sea, ve que la cuestionan, lo más probable es que entre en una crisis interna.
5. Las contradicciones
Si el discurso de una persona está lleno de contradicciones, no solo es señal de que puede estar mintiendo, sino también de que se le da particularmente mal. ¿Da un argumento contradictorio y luego lo intenta tapar con otro también contradictorio? Puedes empezar a sospechar.
Lo mejor para descubrir si la otra persona está incurriendo en esta práctica, es preguntarle por aspectos muy concretos, de tal forma que se delate a ella misma.
¿Qué te han parecido estos “trucos”?
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Fuente: rolloid